Por lo
que respecta a la investigación que se ha realizado acerca del TEACCH, cabe
destacar que su funcionamiento a lo largo de varias décadas ha revelado que se
trata de una intervención eficaz para el autismo. Sin embargo, hemos hallado
algunas discrepancias en las conclusiones extraídas a partir de ciertas
investigaciones.
Comenzaremos mencionando el estudio que llevaron a cabo
Schopler, Brehm, Kinsbourne y Reichler, quienes compararon cuatro niños con
diagnóstico de autismo modificando la variable de situaciones de enseñanza
estructuradas y no estructuradas. Los resultados a los que llegaron que dos de
los niños aprendieron más en las primeras. No obstante, hemos de tener en
cuenta las limitaciones del presente estudio, ya que la muestra no es representativa
y no considera el nivel de cociente intelectual de los menores.
Por otro lado, Kielinen et al. realizaron un estudio
comparativo en el norte de Finlandia, donde al 43,9% de 187 alumnos autistas se
le estaba aplicando TEACCH. Sus conclusiones evidenciaron que los resultados no
eran significativos en comparación con
otras intervenciones que también se analizaron en el estudio. Además, hemos de
tener en cuenta que al 82,9% de los participantes del estudio se les estaba
implementando más de una intervención al mismo tiempo.
En aras de lo comentado, no es de extrañar que las críticas
en base a las pruebas de evidencia del TEACCH vayan en la línea de la falta de
estudios independientes. No obstante, hemos encontrado algunos de ellos en
Europa y Japón, si bien los ensayos realizados no son controlados de manera
sistemática ni se emplean herramientas de evaluación objetivas.
Con todo, los resultados que apoyan la eficacia del
programa TEACCH se apoyan en un estudio llevado a cabo por Panerai, Ferrante y
Zingale, que lo comparó con el programa ordinario de una escuela italiana. La
metodología de la investigación se inició aplicando la Escala Vineland Adaptive
Behaviour PEP-R a los dieciséis participantes de la misma, antes y después de
implementar el método. En base a dichas puntuaciones, los expertos encontraron
que el grupo experimental mejoró significativamente en todas las categorías,
excepto en la motricidad fina y en el comportamiento desafiante, donde no se
observaron cambios. En contraste con este aspecto, en un estudio anterior
referido al uso del TEACCH con adolescentes de 18 años se puso de relieve una
reducción notable de la conducta problemática en aquellas actividades
estructuradas en comparación con las no estructuradas, tras 18 meses de aplicación.
Por tanto, aunque hemos encontrado ciertos estudios con grupos de control,
podemos afirmar que la validación científica del enfoque TEACCH es más bien
escasa.
En un estudio contemporáneo, concretamente del año 2014, a
través de la aplicación de la escala Mullen se ha encontrado una mejora en la
severidad del autismo, especialmente de aquellos niños con limitadas
habilidades cognitivas, los cuales formaban parte de las clases en las que se
aplicaba el programa TEACCH. Este hallazgo se podría explicar porque los niños
con habilidades cognitivas menores suelen tener más mermadas sus capacidades y,
por tanto, el margen de mejora a partir de la implementación del método suele
ser mayor que en el caso de aquellos alumnos que presentan síntomas más leves.
No obstante, sea como fuere, estos estudios acerca del método TEACCH han
encontrado efectos positivos para su aplicación en los centros educativos.
Como conclusión, a pesar de los resultados contradictorios
hallados, es evidente que la metodología TEACCH utiliza técnicas apropiadas
para abordar cuestiones como habilidades de comunicación, atencionales, de
comprensión, de participación y un largo etcétera que, sin lugar a dudas, va en
la misma dirección que una educación integral y beneficiosa, concretamente para
niños con autismo. De hecho, la guía del grupo de estudio de los TEA del
Instituto de Salud III de 2006 pone de manifiesto que, si bien el método TEACCH
presenta un nivel de evidencia poco exhaustivo, es totalmente recomendado, ya
que sus intervenciones conductuales son eficaces para el propósito que
persiguen.
MUY INTERESANTE Y CONFIRMA EL DESEO DE TRABAJAR CON ESTA METODOLOGÍA EN EL CENTRO AÑOS AÁGICOS EN Managua Nicaragua. Ya nosotras hemos tenido resultados favorables en alunmos con TEA y discapacidad intelectual grave.
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